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Laura Quijano, abogada, filóloga, escritora, profesora de español por más de 17 años, comparte su conocimiento de la lengua española, sus reflexiones sobre el aprendizaje del español, sus experiencias, ideas, estudios de cultura y más en este blog dedicado a quienes están interesados en la lengua española.

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Tuesday, June 30, 2009

Para servir a Vuestra Merced...

En la entrada anterior estuvimos charlando sobre el uso de y el de vos en la lengua española actual. Ambas formas de tratamiento ocupan la posición de la segunda persona singular y son informales, pues las dos se usan para el trato entre familiares y el trato entre iguales. Las diferencias se encuentran en las zonas geográficas donde son utilizadas, en las formas verbales que utilizan y en su historia. Pero la segunda persona singular no se queda en el y en el vos. Existe otro pronombre, muy extendido en todo el mundo hispanohablante, que funciona para designar la segunda persona singular y que posee una dinámica muy propia: usted. No hay zona de habla española donde no se le conozca o donde no se le utilice.

Usted tiene su propia historia. En épocas medievales no existía, pues la segunda persona informal era , que se usaba para el trato entre iguales o con la familia, y la segunda persona formal era vos, que en aquella época aún usaba las formas verbales terminadas en -áis, -éis, -asteis, -isteis, etc. Con el transcurso del tiempo, sin embargo, tal como lo mencionamos en la entrada pasada, el vos comenzó a generalizarse tanto que finalmente perdió toda su formalidad. La gente, necesitando una manera solemne de dirigirse a nobles y altos dignatarios, comenzó a utilizar la expresión Vuestra Merced, que por tratarse de una manera indirecta de dirigirse a alguien, usaba la conjugación verbal correspondiente a la tercera persona. De esta manera, si alguien necesitaba hablar con un superior jerárquico, un noble o un alto dignatario, le decía: "Si Vuestra Merced lo desea, puede disponer de esta sala..." o "¿Cómo estuvo el viaje de Vuestra Merced?" o "Espero que Vuestra Merced haya disfrutado de su comida" u otras frases por el estilo. Vuestra Merced se generalizó entonces como fórmula de profundo respeto. Con el transcurrir de los siglos, Vuestra Merced comenzó a contraerse, y derivó en Vuesarced hasta desembocar en usted. Su significado formal, sin embargo, se mantuvo intacto.


Hoy en día, usted es la manera en que todo hispanohablante se dirige a un superior, a una persona desconocida, o a una persona mayor que le infunda respeto, y siempre se utiliza en situaciones serias, formales o solemnes. Es más común en algunos países que en otros, pues algunas sociedades conservaron por más tiempo cierto formalismo que otras, pero existe en todas. En zonas rurales o entre gente de baja educación, ha perdido incluso la -d y se oye el término usté en vez de usted, siempre conservando su connotación formal (con un significado informal, aún entre gente de educación media, también suele preferirse el usté por sobre el usted). En España ha desaparecido en gran medida en todos los círculos sociales, pero en Latinoamérica su presencia es mucho más importante, también en todos los círculos sociales. Su conjugación verbal sigue correspondiendo a la tercera persona singular, por lo que, aunque hablamos a un interlocutor, usamos las formas verbales de él o de ella: ¿Cómo está usted? Usted puede ayudarme. ¿Usted es Jaime González? También, cuando necesitamos usar un pronombre directo o indirecto, recurriremos a las formas de las tercera persona, como por ejemplo: Usted me dijo que lo llamara hoy (si nos dirigimos a un hombre), ¿Desea usted que la acompañe? (si nos dirigimos a una mujer). A usted le pido que venga. Etc.


Caso aparte merece el uso de usted en Costa Rica y en Colombia. Posiblemente por haber conservado cierto formalismo en la manera de tratarse entre familiares o por otras razones (en Costa Rica el desapareció por completo desde el principio), el usted comenzó a generalizarse también en situaciones íntimas o de cariño, con lo que comenzó a dominar la forma de tratamiento entre familiares y entre iguales. Es frecuente entonces que tanto en uno como en otro país, los familiares o los niños se traten entre sí con el usted y no con el vos o el como podría esperarse. En los últimos años, la generalización del vos se ha hecho más fuerte en Costa Rica, con lo que el tradicional usté familiar (sin la -d) ha retrocedido en gran medida, aunque sin embargo, continúa compitiendo fuertemente con el vos. En Colombia, por otro lado, se sabe que sigue un usted muy frecuente, incluso su merced (a veces, su mercé, sin la -d), en el trato familiar, especialmente en ciertas zonas alejadas de los centros urbanos, pues durante mucho tiempo prevaleció la desconfianza al urbano. En ambos países, de todas formas, el usted formal también se usa en situaciones solemnes o cuando se trata a un desconocido.

Por otro lado, el uso de usted puede introducir sutiles variantes culturales y psicológicas en el trato, porque posee una fuerte connotación de formalismo y distancia. Es tan fuerte, que por mucho tiempo, los socialistas españoles consideraron el usted como una característica de la derecha conservadora mientras que vieron en el la igualdad social que pregonaban. Lo mismo se puede advertir en el uso del usted de acuerdo a las generaciones: los jóvenes tienden a evitarlo, mientras los mayores lo prefieren, precisamente por su formalidad.

En general, siguiendo esta característica de usted, si alguien desea poner distancia con respecto a otros, lo hace de inmediato con sólo usarlo. Si se desea, por el contrario, crear un ambiente de intimidad, recurre al tuteo (o al voseo). El efecto es instántaneo, inequívoco. Recuerdo, para ilustrar esta situación, un bolero clásico que se llamaba Usted. En las canciones de amor, impera el como forma de tratamiento, pues es normal que se canten entre amantes, pero el bolero Usted, con sólo usar este pronombre, indicaba un amor imposible, de un hombre inferior a una mujer en una escala social o en una edad que le estaba prohibida:




Con respecto a los registros escritos, frecuentemente usted se contrae a Ud. o Vd. (ésta es más antigua).

Para la próxima vez, les tocará el turno a ustedes... y a vosotros.



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